Última frase

Te dejé ese pedazo de papel en blanco con la esperanza que llegara el día en que pudiera por fin escribir la última frase de este cuento.

En la contienda atravesé diluvios enteros. Sequías profundas. Vi inundarse el desierto con la facilidad que una gota rebasa un vaso y explota todo.

Catapulté al infinito todos los besos que jamás llegué a darte. Me sobraron tantas cosas.

Aún puedo reproducir el frío en la espalda cada vez que me tocabas. Esa sensación de caer y flotar. La piel erizada y los ojos en blanco. El calor y el dolor. Puedo desnudarte en sueños y hacernos nuestros. Sé con exactitud a qué sabe tu piel. Conozco de memoria los dibujos que te adornan. Puedo acariciarte con los ojos cerrados y encontrar en la oscuridad todos tus lunares.

Todavía queda lugar para una última frase

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